Por Fernando Rangel de León
Entre más acciones de gobierno realiza el Presidente de la República, más críticas recibe de quienes se ven afectados por ellas, quienes son los que tienen el poder económico, y consecuentemente el control de los medios que minimizan los grandes cambios y logros, y maximizan el más pequeño tropiezo; difamando (disminuir la fama), calumniando (calumnia, que algo queda), engañando, confundiendo y envenenando el alma de las personas de buena fe, que tienen la esperanza de que este país se transforme realmente en uno mejor que el de antes, para todos.
La frase “Ladran Sancho, señal que Cabalgamos”, que se le atribuye a Miguel Cervantes de Saavedra, en su inmortal obra “El ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha”, realmente es apócrifa; pero se usa para dar a entender que cuando alguien está haciendo algo bueno contra viento y marea, los envidiosos, egoístas, amargados, dañados del alma, seres mezquinos, los que nunca faltan; lo critican, lo atacan y le ponen toda clase de piedritas en el camino para que no siga adelante; ladrándole como un perro.
Pero en el caso del Presidente Andrés Manuel López Obrador, no es un perro sino una jauría (“conjunto de perros que participan en la caza dirigidos por una misma persona”); como se demostró con manifestaciones aisladas de una pequeña minoría en su contra en su reciente visita a la Laguna.
Pero esa jauría no solo la conforman esos pocos inconformes, sino que también la integran los articulistas, editores, escritores, conductores de televisión y de radio, usuarios de redes sociales, algunos integrantes del Poder Judicial de la Federación, y del Instituto Nacional Electoral INE, etcétera.
El INE acaba de fijar nuevas reglas para las coaliciones y los candidatos a diputados de representación proporcional o plurinominales para las elecciones del domingo 6 de junio, para que el partido Movimiento de Regeneración Nacional MORENA, no tenga mayoría en la próxima legislatura de la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión; como la tiene ahora, y gracias a ella se hicieron reformas constitucionales y legales, para el bienestar de todos; y que desde luego disgustan a quienes se ven afectados en sus injustos privilegios; como acaba de suceder con las reformas a la Ley de la Industria Eléctrica.
Pero el INE no solo mordió a las coaliciones sino también a algunos de los aspirantes a candidatos de MORENA, negándoles su registro a Félix Salgado Macedonio, y a Raúl Morón, pretendientes a los Gobiernos de Guerrero y Michoacán (que son cuna de la democracia moderna), respectivamente, y a alrededor de 120 aspirantes a otros puestos de elección popular, en el país, como a la diputada federal doctora Miroslava Sánchez Galván, licenciado Luis Fernando Salazar Fernández, y José Ángel Pérez Hernández, aspirantes a la alcaldía de Torreón, Coah.
Los pretextos del INE, para negar el registro a los mencionados aspirantes es que no entregaron o entregaron extemporáneamente o con irregularidades, o no demostraron la procedencia de los recursos, los informes sobre los gastos de su precampaña.
El Presidente del INE, Lorenzo Córdova Vianello, está sentido con el régimen de la 4T, porque se le ha reducido su multimillonario sueldo y porque no ha dejado que lo maneje como un coto de poder suyo y de su camarilla, escudándose con que es un organismo autónomo. Esa es la razón por la cual la trae contra MORENA.
Afortunadamente, esa negativa es administrativa, y ya está siendo recurrida con el recurso de apelación en el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación TEPJF; el que seguramente la tendrá que revocar, pues salta de bulto que estas nuevas reglas contra la sobrerrepresentación de diputados, es extemporánea, ya que las coaliciones se registraron en enero próximo pasado; y la omisión de los informes no justifica la trascendental sanción de negativa de registro a los aspirantes a candidatos, amén de que no puede hablarse de gastos de precampaña porque todavía no eran candidatos.
