Por Fernando Rangel de León
El 1° de julio de 2018, los ciudadanos comprobaron el poder de su voto,
eligiendo al Presidente de la República y a los diputados federales y a los
senadores del Congreso de la Unión, que en sus campañas electorales
prometieron un proyecto alternativo de nación, a cambio de su voto.
Estas promesas fueron revertir las reformas energéticas y de outsourcing
en materia laboral; y las cuales ya fueron modificadas en beneficio del Estado, que
es la nación organizada jurídica y políticamente.
También incluyó este proyecto de nación acabar con la corrupción y la
impunidad, para que los funcionarios públicos no se enriquezcan con elevados
sueldos, desvíos de fondos, tráfico de influencias, utilización de la administración
pública para hacer negocios, vivir en la justa medianía sin helicópteros, aviones y
otros muchos lujos; castigar a quienes cometan un delito; bajar el sueldo del
Presidente, y que ningún otro funcionario gane más que él; y quitar las pensiones
a los expresidentes, etcétera.
Sin embargo hay funcionarios como los del Instituto Nacional Electoral INE,
y de otros organismos que ganan el doble del Presidente, con el pretexto de que
son autónomos; no obstante que hay otros órganos, esos sí autónomos como la
Universidad Nacional Autónoma de México UNAM, cuyo rector tiene un sueldo de
los más bajos entre los funcionarios federales.
Subir los salarios mínimos y no aumentar impuestos ni crear otros nuevos;
incrementar las pensiones para el bienestar de los de la tercera edad, dar becas a
los estudiantes y crear universidades, no aumentar la gasolina, el diesel y la
energía eléctrica; y otros beneficios en los servicios de las paraestatales; son parte
de ese proyecto de nación; que se están haciendo realidad.
También son parte de este proyecto la construcción de una refinería que
procese el petróleo en gasolina para no importarla y sea más barata; la
construcción del Tren Maya, la construcción del aeropuerto “General Felipe
Ángeles”, para la ciudad de México y así, otras obras y servicios públicos más
integrantes de este proyecto de nación; que también se están realizando.
El Presidente y los senadores, pues, están cumpliendo con sus promesas
de campaña; y seguramente así lo harán hasta 2024; pero los diputados federales
solo lo harán hasta este 31 de agosto de 2021; en que serán relevados por los
diputados a elegir este cercano domingo 6 de junio.
Si los 31 millones de ciudadanos que votaron el 1° de julio de 2018, por la
transformación, y quieren que se siga realizando, entonces deberán votar por los
candidatos de la misma coalición “Juntos Haremos Historia”; para que los nuevos
diputados federales que entren, junto con los senadores y el Presidente, terminen
lo que ya empezaron.