Por Fernando Rangel de León
Lejos de que los dirigentes cumplan con lo que la sociedad les encomendó en la
Constitución de que los partidos promuevan la democracia, como única vía para llegar al
poder público, para servir, ellos solo ven sus propios intereses individuales y de grupo para
enriquecerse.
Así se acaba de ver en la lucha encarnizada entre el dirigente nacional del PRI,
Alejandro Moreno, y sus huestes -en las que está Rubén Moreira-, por un lado; y por el otro el
exgobernador de Guerrero Ulises Ruiz, llamado “Ruin”, por su criminal gobierno, y sus
secuaces, como Cuauhtémoc de la Torre, otro connotado delincuente priista, apoyados por
el tristemente célebre Roberto Madrazo; que se disputan el control del PRI nacional.
Pero no se crea que nada más en el PRI, “se cuecen habas”; sino también en
MORENA, hay rebatinga por los puestos públicos; como acaba de verse con los recientes
cambios de funcionarios en el ISSSTE en Coahuila.
Por un lado la doctora Miroslava Sánchez Galván, Presidenta de la Comisión de Salud
de la Cámara de Diputados, quien como conocedora de los temas de salud, propuso a gente
honesta e idónea para combatir la corrupción en el ISSSTE de Torreón, donde en puestos
claves como la Coordinación de Recursos Humanos, estaban desempeñando eficientemente
su función desde la segunda quincena de enero de 2020.
Pero de pronto el senador-minero-taurino Santana Armando Guadiana Tijerina, puso
a su gente en el ISSSTE de Saltillo, que de inmediato despidieron injustificada y
groseramente a los funcionarios que fueron propuestos por la diputada Miroslava Sánchez;
todo ellos en perjuicio de dicho instituto.
¿Con eso que busca en el sector salud el hombre de la texana? ¿Qué no debería
cuidar más las minas para que ya no se sigan muriendo ahí los obreros?.
Por lo que con esos “morenistas”, MORENA, ¿para qué quiere enemigos?.
Si los partidos son organizaciones de interés público, como lo mandata la
Constitución, sus dirigentes deben que tener respeto por sus compañeros de partido que se
interesan por poner a los mejores elementos en puestos tan importantes como son los de
salud, y no interferir para quitarlos; sino ocuparse y preocuparse por hacer lo mismo sin
perjudicar a nadie; porque lo que hacen con su “fuego amigo” es perjudicar al partido y a la
postre perjudicarse así mismo.