Por Fernando Rangel de León.
Es un derecho constitucional de todos los ciudadanos mexicanos votar en las
consultas populares, como en las elecciones de representantes populares.
En las elecciones se elige a quien nos va a representar en el poder público, para
que nos gobierne y nos administre los recursos públicos; ejerciendo así nosotros
indirectamente la democracia.
En las consultas populares, nosotros directamente ejercemos la democracia,
decidiendo una acción gubernamental; por lo que aunque sea nada mas por experimentar
la sensación de ejercer el poder público, todos debemos de participar en ellas.
La oportunidad de que ejerzamos directamente la democracia, se nos está dando
este próximo 1º de agosto en que habrá consulta popular, en la que se nos preguntará,
palabras más palabras menos, si queremos que los expresidentes de México, sean o no
enjuiciados penalmente.
El referéndum (no confundir con el refrendo que es la prima del Secretario de
Estado para que el reglamento, orden o acuerdo del Presidente, sea obedecido), es para
someter a votación si una ley debe seguir o no; el plebiscito, es para poner a votación si
una medida del gobierno debe continuar o no; y la revocación de mandato, es para
preguntar si el Presidente se queda o se va; también son formas de la democracia directa.
Esta consulta popular debe llevarse a cabo en las mismas casillas y en los mismos
horarios en los que votamos el pasado 6 de junio; pues la ha planeado, organizado y
preparado el Instituto Nacional Electoral INE.
Esta consulta popular es la primera en la historia de México; por lo que también
por esto, todos debemos de participar; pues para que valga se necesita que acudan
cuando menos 37.4 millones de votantes que es el 40% de los 93.5 millones de
ciudadanos enlistados en el INE.
Por lo que si queremos hacer historia, ya tenemos cita para escribirla.