Aquí Laguna.

«Algo»  nomás no funciona en materia de seguridad en el país,  sino en todo, si en bastas de sus  regiones, con todo y ejercito  o sin  sin el, sino dígalo, en tanto que la disputa que hoy divide a las cúpulas partidistas en torno a si se prolonga o no   la presencia de los milites en las calles, cuánto tiempo tienen  estos prestando   el servicio de refuerzo a las operaciones policíacas  estatales y   municipales en materia de contención de la inseguridad que nos azota desde hace años, pues que se recuerde, AMLO  apenas los ratificó en las calles a través  de un subterfugio jurídico acordado por  las mayorías partidistas en el Poder Legislativo  hace ya cuatro años, pero  ya estaban  los militares ahí, Peña Nieto no los remitió tampoco a los cuarteles  cuando los heredó de parte de Felipe Calderón Hinojosa para enfrentar  su fallida, pero   muy sangrienta  guerra  contra el narco, es decir, los militares cumplen funciones que les fueron asignadas por los civiles, responsables constitucionalmente de  otorgar a los ciudadanos el servicio de la seguridad pública, desde hace por lo menos 16 años, no cuatro que se irían a cumplir en marzo del 2023.

Esto lleva a la reflexión que el problema de violencia que se registra en  México, no se remedia con la presencia   de militares y mucho menos con el mando total de estos sobre la famosa Guardia Nacional, es tiempo de que la SEDENA   haga públicos los resultados obtenidos en la coadyuvancia que a lo largo de  tres  quinquenios ha venido prestando en tal tema a los mandos civiles de policía, que la ciudadanía conozca con cifras, en número de  delincuentes detenidos y sobre todo entregados a la justicia civil, para su internamiento en cárceles, sujetos a los procesos judiciales  correspondientes  y cuántos de estos, están sentenciados, es tiempo que los ciudadanos conozcan en números, medibles, tangibles, los resultados de haber llevado a los militares a la calle a desempeñar funciones que no les asigna la Constitución.

Hay la presunción que tal evaluación no se lleva a cabo, confiando en la flaca memoria de la población, porque se exhibiría de paso, lo fallido de las estrategias  que los gobiernos estatales y municipales han aplicado en tal   función única  bajo la cual fuera creado el Estado, es decir, salvaguardar la seguridad patrimonial y las vidas de sus  gobernados, no hay otra.

Salvo honrosas excepciones se cita a Coahuila como el Estado mas seguro en el país. Tal calificación no resulta  gratuita, pues es el resultado de por lo menos 10 años de esfuerzos  continuos, sostenidos del gobierno estatal, tarea iniciada por el que estuvo a cargo del Licenciado Rubén Moreira Valdés, cuando  la presencia del ejército, tomo carta de naturalización  en Coahuila, para poder enfrentar y extirpar la presencia de delincuentes de alta escuela, como lo fueron los Zetas, y tras que palpó en carne propia lo fallido que resultó el experimento de dar el mando de las policías municipales y del estado a  militares  en retiro, orquestado y caramente cobrado  por la controversial  periodista y hoy Cónsul de México en Estambul Isabel Arvide, durante  el régimen que encabezara en Coahuila el Profesor Humberto Moreira Valdes, proyecto denominado «Modelo Coahuila»,  que devino  en mera  chunga y que en Torreón nos dejó como recuerdo, el esperpéntico paso del General Villa, al frente de su Dirección de Seguridad Pública Municipal.

La limpieza  realizada ¡no fue gratuita!, costó  millones de pesos al erario y vidas, desaparecidos, y  obvia   contaminación que registraron los cuerpos policíacos estatales y municipales atrapados  por el poder corruptor del narco  y sobre todo el miedo que implantó entre éstos la delincuencia. Tocó al  Gobernador Rubén Moreira realizar un acuerdo tácito con altos mandos militares  a quienes aportó terreno y recursos para que hicieran de  Coahuila su casa y se creara  el modelo del Mando Unico, al menos en esta zona lagunera estableciéndose la premisa  formal de  la coordinación, tal política, y a la vista de los resultados obtenidos fue continuada  puntualmente y hasta mejorada  por fortuna,  por el Gobernador Miguel  Riquelme Solis, y es por ello que éste se pronuncia por la permanencia del ejercito en tales tareas a nivel nacional, pero cada entidad en este tema, es un caso y  en algunos ni tan siquiera han iniciado la correspondiente  depuración de sus cuerpos policíacos, debido a la fortaleza de los  vínculos que parecen existir a veces  entre gobiernos y delincuencia, en especial con la  organizada.

De ahí que  pronunciamientos porque en el resto del país se establezcan los mandos militares,  parece  ser una   visión cortoplacista, que no abarca todo el territorio nacional, ni mucho menos asegura de modo alguno su vigencia en los años por venir, ante el cambiante proceso de renovación de los poderes públicos estatales y municipales, ni mucho  menos  lo imprevisto que puedan ser  los mandos militares.

El tema, de cara a la presente generación y de las  próximas   las definiciones en este tema, no son fáciles, son por demás complejas y no se ve, atisbo alguno de ninguna fuerza política en éste país, que haga propuesta congruente, realista, de exigir al gobierno federal el inicio  de la formación de un cuerpo civil a cargo de la seguridad pública  en  plazo perentorio -no mas allá de cuatro años-,  que haga retornar   a los militares a las funciones que específicamente les marca la Constitución. No mas, pero no menos…

Y en el municipio de Torreón,  terminadas de manera oficial las Fiestas Patrias, esta misma semana se reanudó la actividad en radio pasillo, y tuvo resonancia fuerte, los saldos que dejó en el medio reporteril, la publicación  insólita   realizada por  el Defensor de la Comunidad, del desglose puntual de la factura  que cubrió el costo de renovación  de la decoración  y mobiliario de la oficina principal donde despacha y se localiza el sitio del  trono  del alcalde en el  Edificio Municipal, así como la oficina adyacente que ocupa la minisecretaria del Ayuntamiento, licenciada Natalia Fernández, tarea que se llevó un millón 800 mil pesos de costo, pesos mas, pesos menos; de las arcas públicas en estos tiempos de austeridad, publicación que hizo cortar de tajo el convenio publicitario en el que se finca la relación medio/gobierno municipal, al tiempo que  rodó -así haya sido voluntariamente-, la cabeza del colega  que  en cumplimiento  con su oficio materializó tal información.  Hoy, al parecer y según se advierte, tal relación comercial se ha restaurado, dejando  mas que mal sabor de boca entre todos quienes conocieron de cerca, muy de cerca este intríngulis que deja mas que mal parado  no al oficio de   reportear, sino  el de sus editores  en esta zona de Coahuila, donde los Medios, sobre todo los escritos, dejaron huella, trascendencia  del buen hacer periodístico  en todo el país,  pero donde hoy  ya es válido el contenido de la frase «poderoso caballero, es don dinero»…

Y vaya que irrumpen en la escena regional, un grupo de entusiastas coleccionistas de autos antiguos y clásicos, caro hobby, que enarbolado ante la población busca al mismo tiempo recabar recursos para causas especificas, en este caso y en la segunda versión para su desfiles este fin de semana, cuando 47 unidades autentificadas como antiguas o clásicas, se dejen ver en calles y avenidas de la ciudad. Según explica uno de sus promotores, el jovenazo Marcelo Valdés   Quintanilla en esta ocasión  los donativos a cargo de cada uno de los 47 participantes registrados, serán destinados a un fondo con destino a costear investigaciones  sobre el  cáncer de próstata y la atención   a las enfermedades psicológicas  y emocionales  del sector masculino, toda vez que se registran 500 mil suicidios de hombres en el mundo. Bien por ellos y al publico, no dejen de acudir  a tal desfile, es gratuito…

Y vaya comportamiento errático que sigue  el trayecto del Covid-19. Ahora resulta que el día preciso en el que se deroga el uso del cubrebocas en Coahuila, se registran 108 contagios, luego de  semanas de registrarse números  mínimos. Y hasta una defunción se reportó este día. De ahí que cuidado, no descuide su salud.

Share:

Author: Olga Quirarte Ramírez