Aquí Laguna.

¡Conmemoración, que no celebración!  Transcurre en este singular 8 de marzo del presente,  el  día destinado a la Mujer,  a sus luchas por alcanzar la  esperada igualdad de Género, aspiración que anima  en el mundo a la casi mitad de la población mundial,  movilizada, en alerta por alcanzarla. Con todo y ello, la meta, sin duda válida,  todavía al parecer lejana, está sembrada de escollos, que tienen su origen  en el factor cultural que a lo largo de siglos  le impuso a la mujer la sociedad, la religión y las leyes que de ellas derivaron, pues no debe olvidarse que incluso,  la religión,  negó a lo largo de siglos «que tuviera alma» es decir,  calificada  casi casi como un animal más diferente de la especie humana,  hecho que  subsiste en algunas culturas en pleno siglo XXI en especial, las de medio oriente, de donde  cual terribles ecos, se escuchan los días insoportables  que padecen miles y miles de mujeres que viven  bajo regímenes del orden político religioso, que la luz del avance civilizatorio alcanzado por el resto del mundo deberían ser intolerables. De ahí que con todo y los excesos que se registran en las movilizaciones que  este día se realizan con motivo  de esta conmemorativa  fecha, resulten sino justificables,  sólo explicables  pues   es el estallido de la impotencia, del dolor y de la impunidad  con la que se envuelve con  quienes resultan responsables de la  violencia que registran sus vidas, y que si bien la máxima  resulta ser la muerte, con todo y que se clasifique como el feminicidio,  se expresa también de otras muy diversas maneras sobre la mujer, como el es caso de la violencia psicológica, laboral, económica, la violencia digital que hoy   las acosa, cual  singular signo de los tiempos que se viven y en especial, por dolorosa que ya se ejerce contra  terceros inocentes, denominada como violencia, la vicaria.

La violencia que  contra la mujer registra México en los tiempos que corren,  es de llamar  más que la atención, la acción  no solo de la sociedad  movilizada ya, sino también de las autoridades, pues no bastan discursos y  lemas  al caso, sino  la propuesta y ejecución de políticas públicas  que contengan  el desbordado saldo que en materia de feminicidios y desapariciones  registra  nuestro país,  pues según estadística conservadoras, por lo menos 10 mujeres pierden la vida  en el territorio nacional diariamente   por su condición  de género…

Y en la capital del país, donde se convocó  una  marcha de oleadas de  mujeres  portando atuendos  del color morado, o bien de  color verde, o  negro, para hacer patente el acento que alientan el motivo de su  participación,  con motivo de esta fecha conmemorativa, en manifestación por sus calles y avenidas y concentración final en la gran  plancha del Zócalo, donde el avance informativo del hecho, dominó   la información relativa a como las manifestantes fueron literal y figuradamente «flirteadas» cual si fueran insectos con un no identificado  polvo químico seco, similar  según dijeron al utilizado ahora apagar incendios, de ese tamaño fue «el apoyo» de Claudia Sheinbaum.

En Torreón, se esperaba marcha y manifestación a realizar en la Plaza Mayor, de la cual  quien esto escribe no tenía aún información alguna sobre su desarrollo, si bien fue notable la ausencia de  actos oficiales, convocados desde  diversos ámbitos de gobierno para conmemorar  el Día Internacional de la Mujer, es decir, actos de orden cultural y educativo, si bien trascendió que la Secretaría de Educación Pública en Coahuila, decidió  «dar» este día, a sus trabajadores para que tuvieran  el tiempo y la condición necesaria para  conmemorarla, pero mas allá que eso,  bien se haría, por   emprender programas de capacitación a las mujeres de la  generación presente y de la que  viene, que estarán formando una nueva generación de replicantes, de formadoras de «machos», pues debemos admitirlo, quienes replicamos la formación de la cultura machista, al  no educar, de formar bajo otras premisas, bajo condiciones de  equidad a  niños y niñas desde sus más tempranas edades. No hay de otra, so pena de seguir  año con año  viendo  manifestaciones y proclamas, con todo y la  sororidad que ello genera  con muy lentos y  magros avances en ésta…

Y en Torreón,  las mujeres representantes de la Comunidad Mazahua, señoras Francisca Sánchez Martínez y María Guadalupe Medina, etnia que escogió hace ya mas de 60 años como punto de asentamiento en el norte del país a nuestra ciudad, cual tierra de promisión  para abrirse paso y destino económico  ante las duras condiciones  que registraba su lugar de origen, allá en  el poblado de  Santa Maria Conchesdad, en el municipio de Temascalinzgo,   y que hoy suman una comunidad dispersa  en la ciudad, alrededor de 300 miembros, fieles a su  origen, a su cultura, a su idioma, lograron hacer sus vidas y la de sus familias, enfrentando   no solo condiciones económicas, culturales  y sociales adversas, sino también, ¿quién nos lo iba de a decir?, a los torreonenses que presumimos de ser la mar de abiertos, hospitalarios, etc,. etc., discriminación y rechazo, que superan, aún hoy, a fuerza de tenacidad de conservación de sus  más altos valores que los distinguen, pues a la fecha,  se ganan la vida y la de sus descendientes,   como el grupo que se especializan  en la venta de semillas, si bien iniciaron  vendiendo  nueces en las calles del centro de la ciudad, pero resulta que hoy  tampoco la vida les es fácil, ya que debido al crecimiento  y dispersión demográfica que registra la ciudad, los puntos de venta ubicados en las calles del primer cuadro, han terminado por afectarlos y con ello, obligarlos a buscar nuevos destinos de venta, siguiendo sitios de alta concentración de potenciales clientes, entre estos puntos, señalan,  que pueden ser sitios aledaños a los nuevos centros de consumo así como las instalaciones deportivas, como es el caso del Estadio del Santos Laguna, o bien el Estadio Revolución sede de los deportes favoritos de los laguneros, pero en ambos sitios, han sido rechazadas, bajo el argumento de que tales lugares son privados  y les constituyen una competencia desleal ¡Hágame Usted favor!, pero también ahí  se les rechaza como comerciantes ambulantes -canasta de semilla en mano-, proveedores minoristas    al menudeo de modestas cantidades de  nueces y semillas, por considerarlas «competencia desleal». De ahí que sea reseñable el  modesto reconocimiento a su condición de mujeres, colocadas   bajo una perspectiva de desventaja social por su origen étnico y su  condición   económica  y no por ello menos valiosas como seres humanos  por ello mismos más señaladamente   discriminadas, realizado  esta mañana por la señora Angélica de Fuentes, a tal condición a través de una desayuno servido en un hotel de esta localidad…

Veremos en este marco, que destino tendrán las expresiones de reclamo al interior de la Universidad Autónoma de Coahuila que exigen paridad en la asignación de cargos directivos en la Máxima Casa de Estudios. La moneda queda en el aire, y quien deberá enfrentar tal demanda, por obvias razones de tiempo por ahora, será el quien resulte ser el nuevo titular de la Rectoría de la UAdeC, allá por el mes de febrero próximo.

Por cierto, en la Unidad Torreón  se  comenta que el cargo de Coordinador  de Medios  en la  Unidad Torreón  de esa casa de Estudios, el Licenciado Juan Noé Fernández está próximo a dejar de serlo,  por estricta decisión personal. Veremos quien resulta su sucesor…

Y en tanto  más  que interés, despierta preocupación entre los derechohabientes de las instalaciones  del  Instituto Mexicano del Seguro Social  en esta ciudad, la presencia de elementos de la Guardia Civil, en los accesos de tales sitios, sumamente concurridos y que revisan con escrúpulo bolsas de mano y cualquier otro objeto que porten estos,  reteniéndolos  y dejándolos fuera del alcance de sus dueños, hasta  la salida de estos de tales instalaciones, además,  se ventila  los rumores en torno  de que hay establecida una alerta sanitaria, motivada, según se afirmó a la presunta falsificación de  medicinas  y otros insumos médicos que ahí se utilizan de manera cotidiana.

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Author: Olga Quirarte Ramírez