¡De película!, de repetición, cual deja vú, las escenas que trasmitidas que casi de inmediato circularon en torno al fallido intento del asesinato del controversial candidato presidencial republicano Donald Trump el pasado sábado. Lo ya visto, lo ya sentido fue la sensación que dominó la mente de muchos amantes del cine y la historia, la escena del tirador, mercenario o vengador de agravios solitario o bien según sea la trama de película cual eje, cúlmen de alguna conspiración, que en solitario, desde algún cuartucho o azotea, busca y encuentra el ángulo desde el cual disparar hacia la cabeza de algún presidente norteamericano, un certero balazo de su bien calibrado y no tan sofisticado R-I5 y alcance esto o no su objetivo, es decir asesinarlo.
Tal escena se ha visto repetida hasta el cansancio, con todo y que en el vecino país, a lo largo de su historia suma, los dos magnicidos que privaron de la vida a sus entonces mandatarios, iniciando tal recuento con Abraham Lincoln y a John F. Kennedy, y otros más, el del entonces Presidente Reagan que resultó fallido al que se suma el del aspirante Donald Trump, quien el pasado sábado perdió un pedazo de su oreja derecha, pues la bala que iba dirigida a privarlo de su vida no logró su objetivo, si bien en tal evento trágico, arrojó la perdida de una persona ahí presente y otra resultó herida, en tanto que los acompañantes de Trump, en especial los de su equipo de seguridad, que terminaron junto con su protegido, mordiendo el polvo, literal y figuradamente.
Todo sea para salvar el pellejo, así sea el de la oreja. Esto hay que decir, es uno de los saldos de la violencia verbal para empezar y otros factores que apuntan a la radicalización de los temas torales que dominan la elección en el vecino país del norte, en especial el referido a la inmigración que ha singularizado la participación electoral del agredido, y quien sin duda, el fallido atentado está ya sumando capital político a favor en tanto que el de su contrincante Biden, a quien se le restan posibilidades de retener el poder, no solo por su edad y sus constantes «lapsus brutus» que exhibe un día sí, y el otro también. Y ya ven, el fallido atentado será el combustible de muchas, muchas más películas que harán uso intensivo de las crestomatías correspondiente captadas el pasado sábado en un hasta ahora, olvidable pueblo de Pensylvania. Y ya iremos sabiendo sobre la autoría de este hecho, y sin duda habrá tardanza y muchas teorías y especulaciones sobre todo, cuando el señalado como tirador, resultó muerto, y que identificado resultó ser un joven de solo 20 años de nombre Thomas Mathew Crooks.
Y aterrizando, diremos que atención de un medio a nacional, merece la información aparecida en la primera plana de la edición dominical del Periódico, El Universal de este mismo domingo y bajo la firma de Raúl Rodríguez Cortéz, uno de sus columnistas que en Torreón se registra un litigio que se ventila en uno de sus juzgados, y que tiene como actores, nada menos que a dos miembros de la familia Issa Tafich -Nessim y Salomón- como miembros de la empresa Genérica Industrial y otra empresa denominada Eon Energy, cuyo propietario Arturo Gómez Lara -que se encuentra desde hace ocho meses como reo en el Centro de Readaptación Social de Torreón-, por la presunta comisión del delito de fraude derivado de competencias por la venta de electricidad, bajo el esquema de «Suministro Calificado», y en el que se señala que los Issa Tafich no producen, electricidad alguna, pero si disputan en este juicio su comercialización, pues su negocio se identifica con la venta de gas y ¡agua!
En el texto publicado bailan como personajes locales, muy locales, como es el nombre del Ministerio Público Eduardo Nakasima Martinez, a quien ya le resultó denuncia por supuestamente haber alterado documentos del litigio. En este punto es más que delicado, por lo que corresponde a funcionarios bajo el ámbito del mando del Fiscal general de Justicia Doctor Gerardo Márquez Guevara que ha sido por demás cuidadoso en el ejercicio de sus delicadas funciones en materia de procuración de justicia. Cabe decir que en efecto, la familia Issa Tafich es poderosa, como señala el articulo al que se hace mención, en el ámbito del dinero, pero hace también su lucha por lo que corresponde al ámbito social, acción que lleva a cabo, Nessim perfilado ya en el área de la filantropía que tantos y buenos saldos genera entre la población, en especial la vulnerable, así como por ser asiduo pagador de espacios periodísticos destinados en los que presenta, sus muy personales pésames por el fallecimiento de empleados y sus familiares, o bien de amigos y allegados. En fin, que otra pesada losa de silencios, ha sido levantada…
Más enjundia -como diría mi abuela-, deberán mostrar miembros y dirigentes de los innumerables organismos, Barras y Colegios de Abogados que existen en Torreón, si bien algunas son meros membretes, y que encabeza cual líder moral el ex magistrado Jesús Sotomayor Garza, también Cronista de la Ciudad pues hasta hoy, ha sido endeble, nada significativa la participación en discusión pública alguna, del cambio en marcha en el reclutamiento y elección de jueces en este país, acción que modifica de fondo, la completa impartición de justicia en este país y cuyo impacto obvio, será más que notable en el ejercicio de su profesión. Se ven algo indolentes, por calificarlos de algún modo y eso fue notable cual saldo de la celebración el pasado 12 de julio del tradicional Día del Abogado, en esta ocasión en la Laguna, el convivio tradicional corrió a cargo del Ayuntamiento de Torreón en coordinación con la Escuela de Derecho de la UAdeC, Unidad Torreón encabezado por uno de los nuevos santones de la abogacia: Carlos Centeno pues correspondió al alcalde, el también colega de los homenajeados ser el anfitrión, que sumó a sus tareas de relación y vinculación a este gremio.
Y asignatura pendiente desde hace ya años, hay que decirlo, con la formalidad que requiere el buen funcionamiento de uno de los sistemas de suministro de agua potable en la zona lagunera, es decir, del famoso SIMAS Rural Torreón-Matamoros, que opera, desde su creación sin Consejo de Administración -como la indica la ley correspondiente- alguno, por desconocidas o inombrables razones. Cierto es que «en el caos, todos ganan» menos los usuarios, que son muchísmos y serán más, debido al impactante desarrollo que registra esa zona de la ciudad, pues abarca grandes zonas del norte de Torreón, y parte de las del vecino Matamoros. El tema, nos dicen, cae dentro de las facultades o responsabilidades del CEAS así de como los alcaldes de los municipios mencionados y ya se conoce que para el Gobernador Manolo Jiménez Salinas es uno de los más complejos retos que estará enfrentando su administración, de ahí la importancia de poner orden y control, sobre todo.