¡Agua de Borrajas! Pues las revueltas aguas no llegaron al rio, como amenazaba el ruido y la furia desatadas con el incidente generado por el cambio de adscripción laboral de elementos de un cuerpo policiaco especial de nivel estatal, al que siguieran, dicen, en busca solo de mejores condiciones laborales al grupo mayoritario de elementos de pertenencia municipal, integradas desde el origen del tal Grupo de Reacción especial, evento «cuya narracion alterada» según argumentó el alcalde Román Albero Cepeda, fue el factor que desatara singular batalla mediática, alimentada con singular ímpetu por los más «extraños intereses» de los que suspicacia y percepción de un amplio espectro de la opinión pública potenciada por «las benditas redes sociales» generaran la intervención opinadora de figuras de la clase política estatal de origen tricolor, amen, de los procedentes de las filas morenistas encabezados por el boca de ganso, Antonio Attolini Murra, y hasta resucitaran al hoy petista Mejía Berdeja, que «se le echaron de a montón» como dice la canción, sobre la humanidad del alcalde de Torreón Román Alberto Cepeda González, cuya estampa política, dejaran a columnazos, cual si fuera un Santo Cristo y eso, que no es para nada «dejado2, sino que haciendo válido su conocido código genético, se creció al castigo, con todo y que solo fuera acuerpado solo por un decadente, pero agradecido escudero; Mario Cepeda.
Diremos que la tersa relación exhibida esta mañana por quienes presidieron la Mesa de Seguridad, fue precedida por otra, esa realizada la noche anterior, casi en el ámbito privado, si bien fue hecha pública en la inauguración del Restaurante Mochomo, de nueva incursión en Torreón, y en donde las civilizadas formas de la convivencia social, atemperaron efectos de cualquier roce de egos hubiera podido generar y vaya que tal encuentro tuvo buenos y públicos resultados, amén de que el episodio policíaco mostró la aguda sensibilidad que registra quienes habitan los espacios partidistas, políticos y sociales de la región, solo pudo ser contenida esta la mañana del pasado jueves cuando de manera pública el Gobernador Manolo Jiménez Salinas presidió la reunión mensual de la Mesa de Seguridad que mes a mes se lleva cabo y que preside y acompañado no solo por Román Cepeda, sino por los titulares del Poder Judicial y Legislativo, del Fiscal General, de los titulares del Poder Legislativo y Judicial, así como mandos castrenses y policíacos mostrara el resultado del «Golpe de mesa» que frenó extensión de fisura alguna, en el monolito que debe constituír el tema de seguridad y con ello, el resto de los temas que constituyen los factores de gobernabilidad en el Estado. En este escenario, notable por ausente, el alcalde rebelde de Francisco I. Madero Jonhatan Avalos, quien se resiste al parecer hasta el final de su mandato por no ingresar al esquema del Mando Unico, sin exhibir razones suficientes para sostener tal negativa ¿porqueé será?.
Otra ausencia notable resultó ser la del Secretario de Desarrollo Regional, licenciado Eduardo Olmos Castro, si bien se corrió la versión de que tal ausencia se debió a que el funcionario estatal con mayor nivel en la Laguna, se dirgía a Mazatlán para disfrutar de un periodo vacacional, pero su arribo a tal puerto, le fue impedido, al igual a más de 50 laguneros que pretendían lo mismo, debido al bloqueo carretero, que los hizo desistir de tal empeño, pues la violencia criminal, que se genera desde Culiacán, invade tales lugares.
Con el mensaje que enviara el Gobernador Jiménez Salinas, se reiteraron los compromisos de mantener la seguridad ajena a cualquier viso de politización, en aras de la salud de Coahuila, esperándose que los malentendidos, las vanidades y egos no vuelvan a flotar en tal ambiente. El horno, no está para bollos, así estemos en el umbral de un nuevo régimen federal, y se deje atrás, en virtud del tiempo, los saldos que deja el que concluirá el dia 30 del presente.
Ya mero, Gracias a Dios, y ya transcurrirá el tiempo, ese que todo pone en su lugar, para realizar una evaluación desapasionada de las luces y sombras que dejó all país y a los mexicanos la alternancia que deja el paso de Manuel López Obrador, la llamada Silla del Aguila a cargo de la primera fémina que logra ocuparla de la mano de tal «patriarca» y de la que se espera, no se extienda, cual «la sombra del caudillo» a lo largo del inminente nuevo sexenio, y una vez que hay signos desalentadores, si bien «la historia no se repite», ya se nos hace recordar, los viejos, lejanos tiempos del Maximato, anticipando algunos que doña Claudia Sheinbauim, pudiera repetir, ¡no lo quiera Dios!, ni ella lo permita, ser solo un símil de aquella patética figura que fue en su momento fuera el desafortunado Pascualtio Ortíz Rubio.
Y tras los fastos de las despedidas a AMLO y el arribo de la su sucesora, también se anticipan tiempos difícíles para los mexicanos todos, con el país en llamas, por la disputa del dominio territorial del hampa agregue las complicaciones que impondrá a la vida de los mexicanos, el cambio al sistema judicial de justicia vigente desde hace ya más de 150 años, tiempo en el que se construyó, con todo y las debilidades que segun AMLO lo obligó a desaparecer. Solo en Coahuila, nada se sabe, pero también nada se tiene, de los recursos extraordinarios que deberá disponer para liquidar a los magistrados, jueces, personal del Poder judicial estatal, que no pretenda permanecer en sus cargos, y opte por alcanzar jubilación y que no deben de ser pocos amén de las nuevas contrataciones que implique la reposición a fondo de todo el organigrama judicial. Eso es solo la cuestión de los dineros, amén del nudo de intereses que se generen en los procesos de selección la tarea, esta ya en el horizonte que advierte el titular del Poder Judicial en Coahuila Licenciado Miguel Mery Ayup.
Tal tarea no se antoja nada fácil, pues el ámbito del cambio en proceso acabará incluso abarcando la selección y elección de jueces de paz en los tribunales administrativos municipales, igual, pero en razón de que son autónomos, y por alguna extraña razón no se incluyeron en el Decreto de la Reforma del Poder Judicial, los tribunales electorales y los agrarios.
Ante tal panorama si la justicia en el país, ya era más que lenta, nada de gratuita y expedita, como tampoco acabará siendo la siguiente, ya podremos esperar que los justiciables y quienes necesiten la intervención del poder judicial para dirimir asuntos de esa indole, hacer acopio de paciencia, más que la de Job, en espera de las resoluciones que en estricta justicia, de a cada quien lo suyo, al término del debido proceso judicial bajo el nuevo esquema de su impartición. Ese, será uno de los legados que más harán recordar a la progenitora de AMLO en éste país…